y al perro sarnoso, fracturado y apunto de ser atropellado en la autopista.
Aquí estoy con mis dolencias humanas, excesivamente humanas, excesivamente adoloridas porque la soledad y el vacío que da la impotencia asechan a media luz y se tragan las sonrisas y las oportunidades.
Aquí en estoy en este charco de mierda espesa en el que los intentos se hacen insuficientes, las esperanzas chistes y el alma una colilla de cigarro a la intemperie.