Tal vez si
sea que no te quiero escribir, es a lo mejor que no me importa nada cada día
mas, eventos recientes e insignificantes para muchos solo han dejado en mi la
marca de la indiferencia y cada día que pasa me convenzo de que merezco estar
solo, no porque la mala suerte haya decidido iluminarme una vez más, solo que
mis acciones derivan a tales consecuencias, demasiados días han pasado ya desde
empecé a convertirme en un ciudadano ejemplar pero sinceramente dentro de mi
solo arde la necesidad de manchar la buena apariencia con caos y nada más,
arrodillarme a la tentación y vender mis principios a los más bajos pecados,
olvida el ejemplo, olvida la sinceridad, olvida la gracia y la belleza, la
gloria se encuentra al fondo de una botella vacía al final de la barra, los
antros de opio de los puertos de Londres y el terciopelo enredado entre las
piernas de una prostituta, levanta una moneda de la calle, lánzala al aire y en
tu palma encontraras ambas suertes echadas. Necesito el sabor de la sangre
entre los labios, el sudor en la espalda, los puños débiles volviéndose fuertes
ante el desprecio, el odio y el rencor recorriendo las carnes de tu cuerpo como
una energía sobrenatural, sangre, sangre, dolor, romper la belleza hasta
enterrarla en el suelo, quiero que marla desee mi aborto.
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