domingo, 11 de septiembre de 2011

El sillón


   Al fin llega el momento a solas donde te puedo ver y tener cerca, aun así sin privacidad, personas ajenas esperan a que cometamos el error, produciendo una torturante sensación de alerta en este instante casi perfecto. Te observo a una distancia numérica espacial matemáticamente infinita haciendo el tiempo juntos finito en el desespero de la llegada de tu partida, tu mirada expresiva que no dejo de mirar y esos ojos color café llenos de inocencia y que me tienen a su merced al gritar sin temor tanto amor, ternura y dulzura haciendo que me pierda, ese dulce delirio que egoístamente me pertenece deseando que nunca termine, poco a poco de manera innegable casi de manera subconsciente mi mano se acerca hasta que finalmente logra su objetivo, alcanza tu mano mientras sigo contemplándote, mientras este espacio, el deseo y la vida de este momento se acorta cada vez más.




YORLEY GARCÍA

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