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Nok, nok…
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¿si buenas? (Eso es lo primero que
escucho cuando mi mente se dispone a hablar conmigo…)
¡Caso opuesto a cuando yo
no quiero hablar conmigo misma! Le
huyo, me escondo entre las palabras de gente, los sonidos de la calle, la MÚSICA, la lectura (aunque esta última a veces me traiciona y me pone en línea directa y sin llamada por cobrar…), la televisión también es traicionera en ocasiones, bueno el caso es que esos momentos en los que estoy dentro de mí misma son enteramente extraños... Así de repente queda inerte, fija y ahí comienza: empiezan a sonar muchas voces, unas cantan, otras gritan, unas tantas discuten con otras… ¿sobre qué? Bueno algún hecho reciente, un problema social, un futuro cercano o lejano, algún sentimiento sin resolver…
huyo, me escondo entre las palabras de gente, los sonidos de la calle, la MÚSICA, la lectura (aunque esta última a veces me traiciona y me pone en línea directa y sin llamada por cobrar…), la televisión también es traicionera en ocasiones, bueno el caso es que esos momentos en los que estoy dentro de mí misma son enteramente extraños... Así de repente queda inerte, fija y ahí comienza: empiezan a sonar muchas voces, unas cantan, otras gritan, unas tantas discuten con otras… ¿sobre qué? Bueno algún hecho reciente, un problema social, un futuro cercano o lejano, algún sentimiento sin resolver…
Se
ven colores que se van moviendo y combinando a medida que en otro rincón suena
la música… Crece la somnolencia a medida que brillan más las estrellas y van
cambiando de forma ¡Pura psicodelia!, los
recuerdos no se escapan, ¡regresan!, corren sin control, brincan hacia la pared
donde se proyectan, en ese momento, empieza a aumentar la sangre en las venas,
¡fluye rápido y caliente!, la respiración va aumentando, la velocidad 80km y
una voz se desespera y solo ansia con sed sentir el estallido del cristal
transparente, puro y limpio, en el concreto vertical. Los puños se estremecen
por tomar con todas sus fuerzas ese cuerpo delicado y frágil, solo para
despedazarlo tal cual carnívoro…Y
mientras el festín de sangre se avecina. Pepe Grillo alegremente canta una
canción alegre y muy pop de alguien muy pop y alegre tratando de calmar la
rebelión de los demonios. Las
imágenes intermitentes de una línea derriban a pepe hasta que se calla y corre
a un rincón autistamente… Los flashes de esa línea, esa línea azul se intercambian con la
gradería, la línea sigue recta y al infinito y la gradería se convierte en un
pódium de premiación, vacío, sin puntuación, sin ganador ni perdedor, solo un
perdido, un perdido entre conductores que al aumentar la velocidad se distinguen menos
y se hacen manchas.
Ya
la velocidad raya en 120 km y los colores solo son luces, se siente frió y
presión, y la adrenalina provoca una reacción insólita… una pequeña y miserable
sonrisa malévola y siniestra, que añora un sutil toque para ver todo dar
vueltas.
Y la velocidad aumenta
150 km, 160 km la música me acompaña ¿y qué más puede faltar?, de nuevo los
flashes y de nuevo los cuerpos moldeados, bronceados, perfectos, de nuevo el
morbo y lo imposible de no mirarlos… sea lo que sea se ven perfectos espaldas,
piernas, brazos, abdomen y rostro, todo en armonía…
- ¡Huele
a mango! - ¿Y de dónde? -Ummm si tal vez por ese pasillo o en esa puerta…
- ¡Si, si,
ahí es! Mango y hay melocotones también, que divertido creo que la velocidad ya
va en 180km…
Se siente una sacudida y
en la supuesta realidad a lo lejos se oye… "¿Qué tiene? ¿Tiene sueño? Ummm ¿Qué
tanto mira?..." Y es el alterego de mi Pepe Grillo, un tal Jorge Andrés, diciendo: "¡garigom se quedó ida!" y yo le digo: solo, estaba soñando despierta…
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